Las Hoces del Río Júcar

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Los Meandros del Júcar son las hermosas, agrestes y solitarias hoces del río Júcar. Corredor fluvial de 40 kilómetros de recorrido que deja atrás álamos, chopos, laderas de pinos piñoneros, castaños, sauces, restos de viejos molinos, ermitas y santuarios adosados a unas paredes que superan los 100 metros de desnivel.

Pronunciados meandros, balsas para riego, huertas, casas-cueva, aldeas, cascadas, olivos, viñas, pescadores de agua dulce y bosques de ribera, ocultan el curso de un río que se distingue por el color esmeralda de sus aguas, consecuencia, probablemente, de la elevada concentración de cal que hay en el cauce y en las paredes.

 

Un apaisaje sin igual.

El cañón del Júcar

El Cañón del Júcar en La Manchuela es una zona de gran interés geológico con numerosas manchas boscosas de robledal y campos de labor.

El río Júcar es el principal factor geográfico de la zona. Su cauce atraviesa numerosas zonas de boscosas de robledal y campos de labor hasta formar en la zona de La Manchuela un cañón de gran belleza paisajística.

El Júcar nace en la Serranía de Cuenca y atraviesa La Manchuela, donde crea un agreste paisaje. El Cañón del Júcar forma un trayecto sinuoso hundido en una gran garganta, donde el río se contonea entre barrancos y crestas calcáreas.

La Sierra de La Caballa en Alcalá del Júcar, en su mayor parte montañosa, parece estar lamida por lenguas de arena, como si una marea oculta la fuera erosionando de raspas y aletas, aunque en realidad es la acción humana la que, de tanto montarla y desmontarla, provoca esta deforestación.

En la parte más próxima de esta sierra se distinguen las alineaciones coperas de la Liga de campos de almendros y olivos, las Casas de Juan Gil y el polvoriento y serpenteante camino que conduce al embalse de El Molinar, donde se encierra finalmente a sus aguas en Cofrentes.